DOMINGO, Día de Búsqueda y Dolor.
Luego de dormir un par de horas, tuve que levantarme y volar (literalmente). Salté de la cama, me vestí y partí a juntarme con las chicas. Claramente iba atrasada, y mi mente se retorcía por ello, siempre llego tarde y me carga fallarle al resto, especialmente a mi misma. Me imaginaba a una Valentina de brazos cruzados, decepcionada, a una Natalie furiosa diciendo que podría haber dormido más rato y a una Conie histérica... ¡Qué horror! Peor que película de Hitchcock... La Vale no dejaba de llamarme (se le acabó la plata del celu por mi culpa), mientras yo pensaba que era una verdadera estúpida por no haber salido de mi casa la noche anterior con unas zapatillas... ¡obligada a andar con botas! Y qué tacos, Dios mio.... La Vale me seguía llamando, mientras la micro no pasaba y mi único alivio fue la compra de una Limón Soda y unas ramitas saladas. Tenía tanta sed, tanta hambre y tanto olor a cigarro y copete que fue un verdadero deleite.
Llegó la maldita micro y mi celular seguía vibrando.
¿Vale? ¿DONDE ESTAS? Eeeh, Avenida Pajaritos. BAJATE EN SANTA ISABEL, NO, BAQUEDANO, NO, MEJOR UNIVERSIDAD DE CHILEEEEE!
Que desagradable fue bajarse de la micro y verme agobiada por el sol. La Vale me dijo que caminara hacia la cordillera, pero entre tanto edificio no pude encontrarla. Y una vez que me ubiqué: ¿izquierda o derecha?
Me sorprendió que no estaban enfadadas. Seguramente se lo esperaban. Fuimos a las boleterías del metro más cercano y nos sentamos en el suelo, con mi notebook prendido, revisando nuevamente las locaciones de la película. La Natie le coqueteaba a la cámara, yo descansaba en el suelo y la gente pasaba a nuestro al rededor. Sentíamos olor a completos, qué hambre!
Comenzó la búsqueda del cité.
¿Será por aquí?
Qué encanto de fachada. Amé esos balcones, dignos de una escena de Romeo y Julieta. La malo de vivir dentro de ellos debe ser que las palomas se pueden posar en ellos... eso es terrorífico.
Las odio, les temo, me escapo ¿y? Para qué mierda sirve si me encuentro una en cada esquina... son unas invasoras, perturban mi ya quebradiza mentalidad...
¿Llegada a la tumba de Santiago? Vírgenes suicidas vienen hacia nosotras... ¡Arranquen!
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